Las redes sociales no son una tanda publicitaria. Los anuncios en redes sociales existen, pero las redes sociales no son para anunciar.

Tampoco con una concentración política: los hurreros digitales y los perfiles falsos existen, pero las redes sociales no son para vitorear políticos ni spammear con una campaña.

Las redes sociales son para interactuar y compartir. Son medio de expresión para los jóvenes, son medios de escape para los mayores. No necesitamos ninguna otra fuente de entretenimiento: todo está aquí.  La comunicación es bidireccional. Los contenidos pueden volverse virales con un alcance tal que no podremos seguir el rastro. Y por supuesto: los trolls serán trolls.

Por si fuera poco, no nos contentamos con una o dos redes sociales, sino que la mayoría usa más de 3 por diversos motivos.

Todo esto lo tomamos como un hecho, pero seguimos pensando y complicándonos con estrategias de comunicación extrañas, cuando lo que necesitamos imaginar es cómo sorprender a la gente  y cómo interactuar con ellos.

Hace muchos años llegamos a una masa crítica en las redes sociales: ya estamos todos. Hace 15 años, no existían libros pop o carreras universitarias sobre medios digitales. Hoy hay muchos profesionales diplomados en marketing digital. Es cada vez más difícil diferenciarse, pero sorprendentemente las mismas estrategias digitales son utilizadas por miles de personas que buscan fórmulas de fácil implementación.

Es necesario volver a lo simple: conocer a quién uno le está hablando, encontrar cómo motivar a esa persona positivamente y tratar de sorprenderla.

Es como una vez un cliente nuestro lo dijo de una manera tan simple y elocuente: hay que enamorar a la gente.

Conocer a quién uno le está hablando es el 50% del trabajo, luego ya es una cuestión de astucia, creatividad y sentido del humor para tocar los nervios que hay que tocar. Queremos que la gente piense, salte y actúe.

Lo simple, no es fácil.

Las redes sociales no son una tanda, ni una concentración política. Para el usuario es una experiencia íntima y personal, y muy emocional. Las personas no buscan las redes para informarse: buscan afirmarse, interactuar, contestar, protestar y encontrar un sentido para las cosas. Crear contenidos y mensajes que toquen los botones correctos puede ser riesgoso, pero al final de cuentas es el único camino.